¿Quién soy yo?

EL DESIERTO

Yo no soy más que un hombre común, con una sed de Dios que me sobrepasa. «El Amigo Universal« surge de mi encuentro con un hombre maravilloso: Charles de Foucauld, un hombre que supo mostrarme el Cristo verdadero, el que Vive dentro de cada uno de nosotros. Charles de Foucauld me mostró el rostro de Jesús tal cual es. 

Extraordinaria experiencia

Agradezco

… a tantas personas que me han guiado en la vida, a las que me han dado su tiempo para ayudarme a superar mis momentos de desolación. Pero especialmente quiero agradecer a Charles de Foucauld, al Amigo Universal. Conocí a Foucauld en el verano de 2011 cuando pasaba por una época de mucha angustia y desesperación, debido a la enfermedad neurológica de mi hijo Juan Diego quien había padecido una devastadora enfermedad desde los tres años, fue sometido durante trece años a múltiples cirugías de cerebro y columna que cambiaron su vida y la de nuestra familia, sin embargo, ahora la enfermedad mostraba su rostro más oscuro, el rostro del dolor. 

Foucauld llegó a mí a través de Carlo Carretto y su libro “Más allá de las Cosas”, un libro que me había regalado un empleado y amigo en la navidad de 1999 y que no abrí sino hasta que aquella enfermedad me despertó en 2011. El libro fue mi mejor consuelo para ese momento.

Foucauld me cautivó por ser muy humano, por su extraordinaria alegría de vivir, me contagió con su creatividad, su pasión verdadera por cada uno con los que se encuentra, un Evangelio vivo. Porque todos, sean quienes sean, bautizados o no, saben que pueden alimentarse de él para ir haciendo camino cada día. Foucauld me invitó a vivir mi vida con la misma alegría con la que él vivió, la misma libertad, la misma fraternidad, sin importar donde esté, con una irreprimible esperanza *Podría decir que Foucauld me mostró el verdadero rostro de Cristo en un ser humano como yo.* Inspirado en Jean Francois Six

La meditación

No es fácil responderse la pregunta ¿Quién soy yo? más hoy día que el consumismo te dicta la respuesta y que la depresión me insiste en darme un nuevo nombre por definición o programación. La respuesta la puedo encontrar en la soledad de mi habitación, en el susurro de los árboles en la montaña, en el viento que acaricia mi rostro, en la interiorización y en el encuentro conmigo mismo y por ende, con Dios quien vive y habita en mí, pues soy creación suya, soy imagen y semejanza de Él.

En nuestro mundo occidental tenemos temor a la palabra «meditación» que viene del latín «meditatio» que significa estar en el centro o estar en el Templo… En El Amigo Universal nos iremos encontrando con otro tipo de oración, aquella que te pone en contacto directo con Dios o con ese Poder Superior que está ahí esperando por ofrecerte todo su Amor y su Paz

¿Acaso aceptarás el desafío para que aprendamos juntos? 

La meditación cristiana data de los primeros siglos y es muy parecida a la meditación oriental como el Zen, el Sufi u otras, con la diferencia que en la meditación cristiana, limpias tu mente para que sea llena del Espíritu. Llegar a la contemplación es el camino del místico moderno.

Karl Rahner dice «El cristiano del mañana será un místico, uno que ha experimentado algo, o ya no será nada» 

«Hoy el mundo, necesita más que nunca de una vuelta a la contemplación… El verdadero profeta de la Iglesia del futuro será aquel que venga del «desierto» como Moisés, Elías, El Bautista, Pablo y sobre todo Jesús, cargados de mística y con ese brillo especial que sólo tienen los hombres acostumbrados a hablar con Dios cara a cara» (A. Hortelano)