UN PENSAMIENTO DE VIERNES
“Si alguno llama idiota a su hermano, será culpable…»
Mateo 5:20-26
A veces hasta tu evangelio me saca de quicio. ¿Cómo no voy a enfadarme de vez en cuando con alguien?
Algunos Evangelios son tan difíciles ¿Cómo no me va a sacar de quicio alguien, más de alguna vez? ¿Cómo no voy a llamar imbécil al que se cruza en mi camino haciendo bobería?
Pongo ahora nombre a las personas con las que tengo algo, algún resentimiento, alguna situación que me incomodó… tal vez no pueda evitar enfadarme y discutir, pero quizá siempre habrá tiempo para intentar la reconciliación. Esa parte de tu Evangelio me es más posible. Tú me invitas a tender puentes, a unir, no a dividir, a acercar, no a separar. Tú no me cargas de exigencias, sino que me muestras un camino de libertad, a ser testigo de tu perdón.
Esta semana fue intensa en mis negocios personales, pero no me olvidé de meditar e intentar continuar mi camino, el camino del desierto, el camino de Carlos de Foucauld, de Beni-Abbes… el camino de Cristo, de la familia de Nazaret. Difícil, porque aún sigo cargando algunas maletas, aún sigo diciéndome «idiota» de vez en cuando. Pero, paso a paso, despacio y firme en el sendero escogido, voy a llegar lejos. No hay que forzar nada, solamente extender los brazos, flotar y dejarme llevar por la corriente del río de la vida. Seguro que el mismo río me llevará a una playa segura.
Hoy me siento feliz, aunque le digo al Amigo que su Evangelio a veces es pesado, pero es porque así lo quiero interpretar. Él no me carga, solamente me invita para que yo sea un poco más feliz y para que comience a vivir el Reino de los Cielos desde ya. Para que comprenda que el juicio y el Gran Trono Blanco, se encuentran en lo más profundo de mi corazón. Que el dedo que señala es el mío ¿Hasta cuándo he de comprender y hacer vida tus pensamientos?
Amigo Universal