LAS AMMAS DEL DESIERTO

Con la expresión Madres del desierto o «ammas del desierto» se conoce a las primeras mujeres del cristianismo primitivo que decidieron llevar, en el desierto, una forma de vida ascética, propia de ermitañas, anacoretas y monjas, similar a la forma de vida que adoptaron los Padres del Desierto. En los apotegmas que escribieron los padres, hay referencias a las ammas y a los apotegmas que algunas de ellas escribieron. Se sabe que hubo mujeres que practicaron la vida anacorética. Algunas veces tuvieron que hacerlo vestidas como los hombres. Ѕаrа, Sinclética de Alejandría у Теоdоrа, а quіеnеѕ ѕе lеѕ аtrіbuуеn арорhthеgmаtа, no ocultaron su identidad femenina.

“Mujeres fuertes que ya desde antiguo, complementan la visión “masculina” de la teología con una rica experiencia “femenina” tan llena de valores y matices nuevos. No pueden ignorarse ni dejar encerradas sus palabras y vivencias que tanto pueden decir hoy a nuestro mundo ardiendo de sed de Dios pero sin referentes y perdido en un mundo secularizado que no le permite vislumbrar la Luz que le conduce a la Verdad a la felicidad, en definitiva, a Dios.” (S. Marina Medina. Monasterio Cisterciense de la Sta. Cruz)

Las Madres del Desierto nos recuerdan que no hay mucha diferencia entre el mundo de su época y el nuestro. El Imperio y sus retorcidos emperadores, la metrópoli llena de ruido, el circo en loca algaravía sedienta de violencia, sangre y muerta. Si somos curiosos observadores lograremos ver esta gran similitud; no obstante hay un elemento que lo acelera, lo acerca y lo aleja, pero que asegura sus mismos excesos: la tecnología.

¿quién quiere huir del ruido ensordecedor? ¿adónde escapar? ¿cómo evitar que la vida acelerada no me mate o me transforme en un ser hipnotizado por la modernidad y el indiviualismo egocentrico? 

5 comentarios en “LAS AMMAS DEL DESIERTO”

  1. “En un lejano lugar había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura el verdadero significado de la paz interior. Fueron muchos, prácticamente todos los artistas del reino, los que intentaron alcanzar ese reto.

    El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

    La primera, plasmaba un lago con aguas tranquilas. Ese lago era un espejo perfecto en el que se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se alzaba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que vieron esta pintura pensaron que era la que mejor reflejaba el concepto de paz.

    La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas, eran muy abruptas y escabrosas. Sobre ellas, caía una gran tormenta, con rayos y truenos. Montaña abajo, parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo este paisaje no parecía revelar nada pacífico.

    Pero cuando el Rey observó minuciosamente, pudo ver, tras la cascada, un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto había un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, se podía observar a un pajarito descansando plácidamente en el medio de su nido…

    El Rey, para sorpresa de todos, escogió la segunda…

    – Porque, explicaba el Rey, paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. La paz interior es algo más profundo. Significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas, permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado del concepto paz interior”.

    1. muchas gracias por cada contrubución… te escribiré para que me colabores cuando abra la sección de contribución. Tocando temas específicos de interés espiritual de la comunidad. Gracias

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