SI QUIERES PUEDES LIMPIARME
Luego de orar y meditar al despertar, escribo: Transcurren las semanas y los días, en el trayecto me encuentro con mis propios límites y precariedades, a veces cuesta pararse y reconocerlo. Este día salgo en tu búsqueda, Maestro, salgo en busca de Jesús, para que Él sane lo que yo no puedo sanar en mí mismo.
«Si quieres puedes sanarme…»
A este grito desesperado del leproso se une el mío, a veces me siento así, sólo, marginado, sin esperanza. Ven Maestro extiende tu mano, mírame con esos tus ojos repletos de bondad y dime esas palabras:
«Quiero, queda limpio…»
Tú me vuelves a sanar cada vez, no te cansas de hacerlo, me llevas a escuchar tu música, pero también me invitas a descubrir mi propia melodía, mi propia danza, me invitas a amarme para hacerla sonar y danzar juntos. Sé que esa melodía existe, que está dentro de mí, pero me cuesta descubrirla, ella discurre con un ritmo especial, en mis heridas y tragedias a las que abrazo, así, pasa la vida danzando y cantando, así pasa la noche y me vuelvo a encontrar contigo, siempre contigo en cada nuevo amanecer.
«Señor, si quieres puedes limpiarme…»
Inspirado en Mt 1:40-45, rezando voy…
Amigo Universal
Antiguo Cuscatlán, 14 de febrero de 2021