DESANIMO O ESPERANZA

“¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando.  ¡Él es mi Dios y Salvador!

Salmo 42:5

A diario recibo comentarios sobre las oraciones diarias (Reflexiones Diarias, Blog amigouniversal.com), y veo con el estupor de un niño como esa semilla, esparcida por Dios, cae, oportunamente, en tierra fértil, pero ansiosa de esa lluvia fresca que produce el milagro de la vida. Particularmente la oración de hoy ha recibido muchos comentarios de bendición y creo que tiene que ver con la frase de San Ambrosio, por eso, atendiendo algunas peticiones, quiero transcribirles el texto completo, también citado por Juan Pablo II en sus Comentarios a los Salmos y Cánticos de Laudes. Dice así, sobre el salmo 42:

“No quiero que te maravilles si el profeta dice que su alma está convulsionada, pues él mismo Jesús dice: “Ahora mi alma está turbada”. Quien ha cargado con nuestras debilidades, ha asumido también nuestra sensibilidad y por ese motivo siente una tristeza de muerte, pero no por la muerte. No habría podido provocar amargura una muerte voluntaria, de la que dependía la felicidad de todos los hombres… Por tanto, estaba triste hasta la muerte, en espera de que la gracia llegara a su cumplimiento. Lo demuestra su mismo testimonio, cuando dice al hablar de su muerte: “Hay un bautismo en el que debo ser bautizado: y ¡qué angustia siento hasta que se cumpla!”

Tomado de «Le rimostranze di Giobbe e di Davide», VII, 28, Roma 1980, p. 233

Los momentos que vivimos son difíciles, pero no debemos dejarnos tomar por el desánimo, sino más bien, transmutarlos en esperanza, así como los alquimistas querían transmutar el metal en oro, nosotros debemos transmutar o convertir nuestro dolor en esperanza.

“El orante no ha llegado todavía al templo de Dios, está todavía envuelto en la oscuridad de la prueba; pero en ese momento en sus ojos brilla ya la luz del encuentro futuro y sus labios perciben ya la tonalidad del canto de alegría. Al llegar a este punto, el llamamiento se caracteriza sobre todo por la esperanza” – Comentarios de Juan Pablo II a los Salmos y a los Cánticos de Laudes.

Si bien es cierto a veces podemos perder la fe, pero no la esperanza, por eso dice el Apóstol Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos de los sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar, y esta firmeza nos permite salir aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado (Rom 5:3-5)

Parece ilógico que yo pueda gozarme en el sufrimiento, pero su verdadero significado es que hay un gozo interior porque sabemos que tras la prueba hay una luz que brilla, a la cual llamamos Esperanza. El Divino Maestro en Getzemaní también sufrió esa agonía y dijo Siento en mi alma una tristeza de muerte” (Mateo 26:38) pero también dice “… Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios” (Hebreos 12:2)

Yo tengo dos opciones: tirarme en los oscuros y ásperos brazos del desánimo y la depresión, del pesimismo y la desesperación o llenar mi corazón de Esperanza. Yo decido, yo escojo.

“¡Bendita seas,

esperanza, memoria del futuro, olorcito de lo

por venir, palote de Dios!”

J.L Borges, El Tamaño de mi Esperanza

Amigo Universal

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.