LAS ACTITUDES SON CONTAGIOSAS ¿merece la pena contagiarse de la tuya?

«Para el triste, cada día trae dificultades, pero para el alegre, la vida es una fiesta» (Proverbios 15:15)

Consideremos que las primeras enseñanzas del libro de Proverbios se atribuyen a Salomón, cuyo registro de vida va más allá de los 900 años antes de Cristo. Llegar a la conclusión de que nuestra actitud determina cómo afrontaremos las experiencias de la vida supera ya los 3,000 años. ¿Qué hemos aprendido desde entonces?

Existe una cantidad de situaciones, más grande de lo que quisiéramos, que pondrán a prueba nuestras emociones y que tienen la fuerza suficiente para golpear nuestro estado de ánimo y asegurarnos así, por anticipado, la victoria o la derrota.

¿Qué problema, peligro, situación de dolor, reto o evento inesperado ha afectado nuestras emociones en los últimos meses, semanas o días? ¿Qué experiencia de vida nos ha llevado a pensar en rendirnos y anunciar tempranamente una derrota? ¿Ante qué golpe en cualquier área de nuestras vidas hemos querido ordenar la retirada?

El problema que ahora nos agobia no va a desaparecer como resultado de nuestras quejas o protestas. Vamos a atravesar por él con buena o con mala actitud. Dios sabe acerca de nuestra fragilidad, pero al igual que el padre de Salomón le enseñó que con cinco piedras se puede derrotar a un gigante, hagamos a un lado la tristeza y dispongámonos a luchar un día más. Dios irá resolviendo aquello que por ahora nos parece imposible vencer.

No toda enseñanza bíblica debe verse como algo espiritual. Hay enseñanzas llenas de un gran sentido práctico. Las aventuras de Jonás, por ejemplo, cuyo nombre significa «el que se queja», nos muestran cómo podemos complicarnos la vida más de lo necesario, protestando aún por las cosas buenas.

Dios cumplió sus planes a pesar de la mala actitud de un profeta con quien El había hablado de manera directa. ¡Qué diéramos nosotros por escuchar la voz de Dios! Aunque quien sabe si actuaríamos igual o peor que Jonás…

Y si nos parece difícil memorizar este proverbio, pues recordemos de nuestros abuelos la misma enseñanza: «a mal tiempo, buena cara».

contribución de un amigo del AmigoUniversal

1 comentario en “LAS ACTITUDES SON CONTAGIOSAS ¿merece la pena contagiarse de la tuya?”

  1. Hay dos aspectos que gobiernan nuestra vida:
    La APTITUD, que se refiere a la experiencia o conocimientos que uno posea y el otro aspecto es la ACTITUD, que precisamente se refiere a una de las tres posiciones de una persona ante la vida:
    Actitud positiva, siempre hay esperanzas, todo pasa, Dios está con nosotros. Citando otro dicho: No hay mal, que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista. Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece.
    Indiferente: Ni le va, ni le viene. Está en contra de los que están a favor, y a favor de los que están en contra.
    Actitud negativa: que todo le incomoda, nada le satisface, se queja de todo y de todos, Se arrepienten de haberse arrepentido…

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