“Jesús dijo: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»” (Lucas 23:34)
Karl Menninger no fue un personaje religioso, ni un místico, pero sí fue decano de una facultad de psiquiatría, y miembro de una influyente familia de psiquiatras de los Estados Unidos de Norteamérica, quienes crearon la Fundación Menninger y la Clínica Menninger en Topeka, Kansas. El doctor Menninger escribe en su libro, Whatever Became of Sin? (¿Qué le pasó al pecado?) con respecto a “los pecados” de responsabilidad colectiva, dice “Me preocupan aquellas personas que no creen que estén pecando”. También se siente molesto por aquellos actos cometidos por algunos grupos o naciones. “Lo más trágico es que las personas, a nivel personal, no se consideran responsables de ellos”. Un ejemplo es la desatención a los pobres, la contaminación ambiental, la explotación de los emigrantes o la indiferencia con el sufrimiento ajeno.
A mí, me gusta escribir y hablar en primera persona y es por el simple hecho que, cuando ocupo la palabra nosotros, para referirme a los errores que cometo, simplemente, diluyo mi responsabilidad directa. Creo que llegó la hora de cambiar el “nosotros” por el “yo” o por el “mí” y en vez de decir “nuestra contaminación” decir “mí contaminación”, en vez de decir “nuestra indiferencia” decir “mí indiferencia”, en vez de decir “nosotros hemos pecado” decir “YO he pecado”. Es hora de ver mí responsabilidad en lo que vivo actualmente en mi bello planeta azul, enfrentarla y retomar el rumbo, como alguien dijo alguna vez “yo no puedo cambiar al mundo, pero sí puedo cambiar YO”
Hemos avanzado bastante,
Ya no robamos, solo nos llevamos algo de las tiendas (yo solo iba pasando)
Ya no mentimos,
Sólo damos información equivocada,
Ya no fornicamos,
Sólo estamos pasando un buen rato
Ya no matamos,
Sólo estamos terminando el embarazo
En el caso de la Pandemia que vivimos ¿sabré reconocer mi responsabilidad en ello?
El Amigo Universal
*algunas citas han sido tomados del libro DESAFÍO de Mark Link, S.J
Padre «he pecado…» si así empiezo mi oración seguro como el hijo pródigo que soy, recibiré no lo que merezco (justicia) sino lo que necesito (misericordia) y luego que lo recibo, Jesús me dice: «Ve y haz tú lo mismo».
(Aprendiendo a hablar en primera persona)
Gracias por compartir.